Aventura pirata. Capítulo 1. Malas rachas.

 

La densidad en Madrid con respecto al trabajo, está empezando a ser bastante molesta. Demasiadas cosas en la calle, demasiado ruido como para tirar sin ampli, demasiados policías con los que discutir. Se me hace difícil ganar dinero, yo no me dedico a esto para sufrir. Tambien es que aunque la temporada de furgoneta es amplia, son ya muchos años currando en los mismos sitios. Las plazas están cansadas de mí y yo estoy cansado de las plazas. 

La navidad no me fué muy bien, tenía pelusas emocionales de caracteres varios . Me faltaron pases y me sobraron bares. Pero bueno, en positivo salieron, aunque no como debieran. Nada que no se pudiera arreglar con un par de findes de nueve funciones, aunque habría que burlarselo con el ampli, por lo menos en los pases de Sol. La plaza mayor tiene bastante acústica.

Al fin y al cabo, los maderos también tienen días y horas y momentos y las multas del trabajo no las pago por ideología. Pongo el ampli sin música y solo para que me ayude. No lo subo. Lo hago con conciencia. Y sin chulería. No estoy haciendo nada malo. 

El caso es que muchas veces  la intención es una, es la que fija la meta. Pero el azar y los agentes externos son otras. 
Unos diez días mas adelante del final de reyes, ensayando en casa, me engancho de la espalda durante quince días. Increíble. Se jode todo. Yendo a currar con relajantes musculares y faja y apenas pudiendo tirar ni cuatro funciones por finde. Salvamos como podemos, la fuerza merma, la vida pesa. 

Cuando me recupero mas o menos, vienen tres semanas de lluvia intercalada con algunos claros, vientos y bajas temperaturas. Y una serie de eventos sorpresa del ayuntamiento por el cuatrocientos aniversario de la plaza mayor. Dos mil vatios de sonido. Y a nosotros no nos dejan poner el ampli. Cuando son más los votos a ganar que los vecinos a molestar, no importa el ruido. Maravilloso. La derecha nos estafa a pisotones y la izquierda nos estafa andando de puntillas. 

Llego a Marzo hecho caquita de la vaquita arruinadita. 

De pronto siento que lo que necesito es salir. Aun no es época, pero me ahogo. 

Pensando donde ir, empiezo a mirar la información meteorológica de diversos sitios. De repente, hago chispazo y me viene todo de golpe;

 «Marzovalenciafallas».
 
Las fallas no son unas fiestas famosas entre los que hacemos teatro de calle. De hecho, cuando llegamos allí, había estatuas, break dance y música en general. Pero teatro de calle nada de nada. Aunque por supuesto hay gente del gremio que ya las ha hecho. Pero este año, ni el Tato. 
Una situación desfavorable, un reto perfecto. 

 

komotedigorodrigo

 

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