El mejor verano de mi vida. Parte 2

 

Resultó, que ese área de servicio era un club de petanca y el bar era el bar del club, estaba abierto al publico, pero desde luego no era un área para furgonetas. Y lo que también estaba claro, es que ahí había mas rollito escondido. Lo de la prostitución hubiera sido una cortada de rollo, tenia papeletas, la verdad. Pero al final resultó, sin ser del todo eticamente correcto, que eran una panda de payeses de cincuenta años para arriba, amigos de toda la vida y de la misma tierra, que habían decidido invertir sus pensiones o sus ahorros o vete tu a saber de donde había salido el capital, en diversos bares y negocios hosteleros de la zona y como eran unos viejos verdes, contrataban chicas de Europa del este y las ponían de camareras( de donde salían las chicas, no lo se), en ningún momento vimos abuso de nada, ni tampoco que ninguna mujer estuviera a disgusto. Si en realidad era todo mucho mas oscuro, en ningún momento lo percibimos.

Nos comentaron que estaban desconcertados, que al principio creían que eramos una pareja de gays de vacaciones, bueno, maricones fue la palabra que usaron. Nos partíamos la caja, como habían visto que consumíamos no dijeron nada, incluso fue la poli un día mientras estábamos de compras rutinarias por el pueblo y les dijeron que nos dejaran en paz, que no molestábamos y que estábamos en el club de petanca y que ellos lo consentían.

Cuando les contamos lo que hacíamos y a que habíamos venido, no lo podían creer, no lo habían visto en su puñetera vida. Cuando sorprendes a un ser, que es entre veinticinco y treinta años mayor que tú, y le enseñas algo que no conocía y entra de lleno al conocimiento de tu mundo, se crea un vinculo especial. Y a nosotros también nos sorprendía bastante el de ellos, la verdad. Se lo pasaban debuty los cabrones. Le daban al verde, le daban al blanco y le daban al Jhony con hielo. Eran los dueños de tres o cuatro negocios hosteleros de la zona, tenían tierras, terrenos…y camareras de Europa del este repartidas por los cuatro negocios.

Así que, en resumen. Estábamos a la sombra, teníamos agua, teníamos baño y teníamos bar. Sin problemas con la poli y a seis kilómetros de Peñíscola. Maravilloso.

Nos parecían un poco machistas y lo de las chicas no lo teníamos claro del todo. Pero de momento estábamos perfectos, ya iría avanzando la vida. Tampoco estábamos obligados a nada y si nos hubieran echado, nos habríamos ido.

Es curioso, ocho años mas tarde de esto, no se yo si hubiera tolerado esa situación, pero entonces yo pensaba de otra manera y no tenia el conocimiento que tengo ahora. Eran faltas leves, al fin y al cabo, era gente nacida en el cincuenta y cinco. La conciencia de ahora es que a base de faltas leves se construye un problema, a base de faltas y faltas leves, se constituye una injusticia social. Luego eso sí, llega aveces el otro extremo y saca las cosas de quicio. Tenemos que encontrar un equilibrio. En fin.

Nos fuimos a echar la siesta y después estuvimos ensayando un poco. Luego por la tarde noche, fuimos a ver el ambiente del paseo a la hora de trabajar. Sin los trastos, trabajo de campo, estudio del terreno.

Increíble, la situación era propicia, iluminación insuperable, gente a chorros y solo unos títeres. Y de comerciantes, artesanos con su lugar de trabajo bien definido y en otra parte del paseo.

Mañana sería el día, estábamos impacientes.

Verano del 2010, Peñíscola. Un <>, estaba apunto de nacer.

 

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