Aventura pirata. Capítulo 2. Siguen las Malas rachas.
Cuando le comenté al Dr. Jfk lo que se me había ocurrido. Resulta que a él por otras circunstancias, se le había ocurrido lo mismo.
Tras unas funciones en Madrid incluidas algunas en días de diario para tener pasta para el viaje, unimos nuestras fuerzas y nos vamos en la furgoneta sin Itv hacia Valencia. Marcos tenía algo de pasta guardada y la pone como fondo también.
Dos Artistas de calle, dos circunstancias diferentes, dos espectáculos distintos. Un equipo.
Vimos el calendario y decidimos ir el fin de semana anterior a las fallas, que empezaban el jueves siguiente pero los niños el miércoles en Valencia ya no tenían clase. Daban buen tiempo toda la semana, más o menos. Y aunque no fueran fallas oficialmente, Valencia es una ciudad y era fin de semana.
El viaje en tres horas y poco, descargamos un pasajero que cogimos en Madrid que no tenía dinero y necesitaba ir para allá y a cambio nos regalo veinte litros de diesel B. El agrícola. Es un poco más tosco, pero funciona. Ya llevábamos suficiente combustible, así que por no entretenernos lo guardamos para la vuelta.
Tuvimos bastante suerte, al llegar al centro de valencia aparcamos sin esfuerzo en los alrededores del mercado de Ruzafa.
Decidimos buscar una habitacion para alquilar. Asi en plenas fallas, el fin de semana antes. Con los huevos por delante. Pero dos bigardos en la furgoneta aparcados en la ciudad no es facil de llevar.
Nos pusimos a buscar. Era viernes, teníamos diez días por delante. Empazariamos a currar el Sábado por la mañana. Lo primero situarnos.
No tardamos en darnos cuenta de que no íbamos a encontrar una habitación en el centro ni de coña. Decidimos ampliar el radio. Aunque hubiera que ir al curro en coche.
Al final por la noche, encontramos un hotel al lado de Alcaser. Teníamos habitación hasta el miercoles. Al parecer de la furgo los cuatro últimos días no nos libraba ni dios.
Bueno, cruzaremos el río cuando lleguemos al puente.
La habitación de plástico entera, pero limpia y práctica. Estábamos a quince minutos de Valencia.
Daban bueno toda la semana pero se nublaba la noche un poco.
Pusimos un calcetín en el detector de humos y nos fumamos un Maik bien merecido.
Mañana salíamos a darlo todo.
komotedigorodrigo